Historia de las
artesanías de Guatemala
La producción artesanal se remonta de mucho
tiempo atrás entre los mayas como la elaboración de herramientas, recipientes,
tallados en piedra y madera, así como la elaboración de diferentes tejidos.
Dichos trabajos se elaboran actualmente ggracias
a la particularidad que tienen las artesanías de nuestro país que ha
permanecido en generaciones por medio de la transmisión del aprendizaje a
través de la cohesión familiar y cultural que predomina particularmente en las
áreas rurales de nuestro país.
La comercialización de las artesanías de
Guatemala se ha dado mucho antes entre los mayas pero con otras culturas fue
hasta en el siglo XVII cuando se empezó a exportar tejidos del altiplano,
cerámica y el cultivo de algunos productos agrícolas a España, también era
exportado el añil un tinte natural cultivado en la costa del pacífico, para
llevarlo a Santiago de Guatemala, luego se trasladaba al Golfo Dulce
actualmente Lago de Izabal de allí a España en Barco y finalmente era llevado a
Inglaterra.
En la época de los 80 la venta de las
artesanías tuvo un crecimiento por la masiva producción y la creación de nuevos
productos, los diseños tradicionales que tienen las artesanías de nuestro país
hace conservar el significado de los trajes, pero en cuanto a su
comercialización se crearon nuevos diseños con las mismas técnicas de
elaboración pero según las exigencias del mercado dichos trabajos no dejan la
peculiaridad como artesanía local porque aunque se emplea maquinas industriales
la materia prima el diseño y el trabajo manual predominan por lo que no dejan
de ser productos artesanales.
Actualmente se exportan en diferentes países
productos indumentarios, velas aromáticas, joyería en jade, productos de uso
personal elaborados en tela, en crochet como productos de adorno hechos en
macramé, cristalería, esculturas en madera y otros productos artesanales.
Artesanías de Guatemala
La artesanía de Guatemala es la expresión más genuina de sus habitantes
originales y gran soporte de muchas comunidades de este país.
Desde tiempos prehispánicos, ya se elaboraban diversos productos. Con la
llegada de los españoles, las artesanías tradicionales mesoamericanas empezaron
a incorporar las técnicas y diseños europeos, sin perder su carácter netamente
indígena.
Manteniendo sus antiguas características de gran colorido y elaboración,
las artesanías guatemaltecas son hoy el reflejo de la riqueza histórica y
cultural del país.
La variedad de artesanías es impresionante; pueden adquirirse coloridos
textiles tejidos a mano, madera tallada, plata, joyería de jade, cerería,
cerámica, vidrio soplado, artículos de cuero y muchas otras artesanías que
caracterizan la diversidad cultural de este gran país.
No se pierda la visita a los mercados en los pueblos indígenas,
especialmente los de Chichicastenango, San Francisco el Alto y los diversos
poblados alrededor del Lago de Atitlán, entre otros. El mercado central de la
Cd. de Guatemala, el mercado de artesanías que se ubica cerca del aeropuerto
internacional “La Aurora” en la Cd. de Guatemala y el mercado de artesanías de
Antigua Guatemala, ofrecen una amplia selección de productos y artesanías.
La artesanía de Guatemala es la expresión más genuina de sus habitantes
originales y gran soporte del sustento de las comunidades de este maravilloso
país de Centro América.
Data de tiempos prehispánicos. Con la llegada de los españoles en 1818,
las artesanías tradicionales mesoamericanas empezaron a incorporar las técnicas
y diseños europeos, sin perder su carácter netamente indígena.
Manteniendo sus antiguas características de gran colorido y elaboración, las artesanías guatemaltecas son hoy el reflejo de la riqueza histórica y cultural del país.
Manteniendo sus antiguas características de gran colorido y elaboración, las artesanías guatemaltecas son hoy el reflejo de la riqueza histórica y cultural del país.
Dotadas de una vocación al bordado y al tejer y maneje de los más hermosos
colores, las comunidades mayas distribuidas por las montañas del país se
dedican sin pausa a la producción de artesanías textiles que van desde sus
tradicionales huipiles y cortes (paños rectangulares que usan como faldas),
pasando por una variadísima diversidad de bolsos, morrales, mochilas, pasa porteras,
tejidos insuperables en mostacillas, hasta las más bellas mantas, colchas, mantelería,
chales y bufandas; máscaras, piedras y maderas talladas, entre otros...
La
variedad de artesanías es impresionante y se destaca su muestra en los mercados
artesanales en donde se exponen artesanías de varias comunidades como Nevaj,
Todos los Santos, Sololá, Zunil y muchas otras.
Aparte de las artesanías tradicionales, exponen ahí mismo muchos artesanos
de otros países que ahí viven, o que transitan por las rutas mayas, artesanos
contemporáneos, con excelentes joyas, cerámicas, bijouteríes, entre otros...
Dada esta producción colorida, bellísima, de precios excelentes, es altísima
la demanda y por lo mismo operan desde Guatemala empresas transportadoras que
viabilizan el tema exportación a partir de los 100kgs. También se utiliza el
correo local para envíos menores.
La producción artesanal guatemalteca puede encontrarse prácticamente en
todo el país. Sin embargo, se estima que el 90% de ella proviene de las
regiones Centro, Altiplano Occidental y las Verapaces.
La artesanía guatemalteca es cada vez más reconocida a nivel mundial, ya
que le ha proporcionado una buena aceptación en el mercado mundial.
Con base en los diseños tradicionales, los guatemaltecos desarrollan nuevas líneas en sus productos, acordes a las tendencias en el mercado, lo que ha logrado aumentar la potencialidad de este sector.
Antigua es uno de los lugares donde se puede apreciar la artesanía maya, pero en muchos casos diseñada y dirigida por gente cosmopolita, dándole un toque de refinamiento proyectado a un público más exclusivo.
Con base en los diseños tradicionales, los guatemaltecos desarrollan nuevas líneas en sus productos, acordes a las tendencias en el mercado, lo que ha logrado aumentar la potencialidad de este sector.
Antigua es uno de los lugares donde se puede apreciar la artesanía maya, pero en muchos casos diseñada y dirigida por gente cosmopolita, dándole un toque de refinamiento proyectado a un público más exclusivo.
El resultado es exquisito y más costoso. También es ahí donde se lapida el
jade, y varias joyerías exponen trabajos maestros de joyería con esta piedra
nacional.
Se puede mencionar que las actuales culturas de Guatemala reúnen en sí
numerosas influencias provenientes de influencias mayas, españolas y afro
caribeñas.
Los tejidos "típicos" y algunas vestimentas tradicionales se
elaboran de forma tradicional maya, sin embargo, la tras culturización ha
tenido su influencia en las prendas de vestir, principalmente en la población
indígena joven, también pueden encontrarse importantes sitios arqueológicos con
ruinas mayas y algunos otros aún sin descubrir.
Dentro de la gran variedad de artesanías en Guatemala se encuentran las
siguientes:
Mostacilla: Dentro de la mostacilla se encuentran los collares, pulseras, aretes y llaveros.
Cueros: Aquí
se encuentran los monederos, llaveros, pulseras y misc.
Tejidos: Dentro de los tejidos están los Accesorios, bolsas, ropa y decorativos.
La tradición cultural brinda un toque de originalidad a la artesanía del
país, garantizándose la calidad de su elaboración en el conocimiento
transmitido de generación en generación desde hace muchos años.
Artesanías de Quiché
En el campo de las artesanías, este
departamento es rico en la producción de las mismas. Entre las principales se
mencionan las siguientes. Se elaboran en dos tipos de telar: el de cintura o de
palitos, llamado también de mecapal, es utilizado exclusivamente, por mujeres;
y el de pie llamado también de pedal.
Tejidos de algodón
Tejidos de lana.
Utilizan la lana de oveja, las cuales son criadas en la región, y de ella
se elaboran ponchos, morrales y ropa. Se trabajan en el municipio de San Pedro
Jocopilas.
Cerámica tradicional
Utilizan para la elaboración de la cerámica, el barro de la región. En los
talleres se trabaja con torno de pie y en algunos casos existen hornos de leña.
El resto de la producción de cerámica se elabora en la forma tradicional manual
con quema al aire libre: trabajan estas artesanías en Cunén, San Miguel
Uspantán, Sacapulas, San Antonio Ilotenango, Santa Cruz del Quiché, Zacualpa y
Joyabaj.
Orfebrería
Utilizan el oro y la plata para la elaboración de artesanías, tales como
pulseras, cadenas y esclavas. El oro es trabajado en el municipio de Sacapulas,
y la plata en los municipios de San Antonio Ilotenango, Sacapulas, Santa Cruz
del Quiché y Santo Tomás Chichicastenango.
Pirotecnia
La artesanía de la pólvora fue exclusiva de españoles y criollos en la
época de la colonia. A partir de 1794, los indígenas pudieron producir
artefactos pirotécnicos. Los talleres de cohetería son de carácter familiar. Se
producen paquetes de cohetes, ametralladoras y bombas voladoras en los
municipios de Chajul, Nebaj, San Juan Cotzal, Cunén, San Miguel Uspantán,
Sacapulas, San Andrés Sajcabajá, Chinique, Joyabaj y Santo Tomás
Chichicastenango.
Jícaras y guacales
De los 18 municipios que conforman el departamento de Quiché, sólo en
Sacapulas se elaboran artesanías de la fruta del morro que constituyen las
jícaras y guacales que son utilizadas para tomar agua, lavar, beber chocolate y
para guardar productos.
Artesanía de los
Indígenas del Estado Amazonas
La alfarería
Son muy pocos los indígenas que conservan la tradición alfarera, como por ejemplo los Yanomami, que hasta hace muy poco fabricaban algunas vasijas, tal es el caso de la tradicional “hapoca”, que es una olla sencilla en forma de campana sin ningún tipo de decoración, asas o patas que utilizaban para cocinar, Eran los hombres quienes la fabricaban con arcilla blanca utilizando el método del enrollado y alisado y quemándolas en piras de fuego abierto.
Textilería
Las indias mientras están en meditación como ausentes, ante un vasto mundo de juncos, lianas y raíces, con muy pocos instrumentos, son capaces de crear cordones y mecates tal es el caso de las indígenas de Río Negro que utilizan el chiquichique Leopoldina piassaba; cordones de adorno corporal , usados para atar a la cintura, brazos, pantorrillas, piernas y glúteos; incluso todavía hoy, se confeccionan los llamados “cinturones amazónicos” como el “wao” de los Yanomami, con el que atan el pene a un cordel de hilos de algodón que rodea la cintura.
Entre las pocas prendas de uso que todavía se tejen en Amazonas están los guayucos hechos con hilos de algodón, que varían de tamaño y forma de acuerdo al grupo étnico, como la “ramopotima”, guayuco femenino Yanomami cuya parte posterior es un haz de cabos de algodón que forma un arco sobre los glúteos, y la anterior hecha con una serie de hilos que caen como flecos sobre el pubis.
Los Ye’kuana tejen una especie de delantal que utilizan las jóvenes en el rito de paso de la infancia a la adolescencia, llamado “muwaaju”, éste presenta una interesante adaptación de materiales no autóctonos como la mostacilla, tejida en un telar en forma de arco, el cual se construye con dos trozos de bejuco grueso atados fuertemente por los extremos, para que el lado arqueado pueda mantener la tensión necesaria que requiere una urdimbre en cuya trama se insertan las pequeñas cuentas de vidrio, de colores azul, blanco y rojo, principalmente. El telar y huso también lo utilizan las Ye’kuanas en el tejido de las bandas de algodón que usan las mujeres indígenas para cargar a los niños mientras realizan sus actividades cotidianas.
En cuanto a los chinchorros, enser colgante de origen indígena diseñado para el sueño, el descanso, el amor y la muerte. Los Yanomami los hacen rudimentarios con un haz descortezado del bejuco mamure Hetoropsis spruceana. Los Guahibos trabajan con la fibra de la palma de cumare.
Cestería
Además de preceder a la alfarería, es anterior a todo trabajo de cuerdas y telar. De acuerdo con cada cultura, las técnicas de tejido se adecúan directamente al tipo y característica del material con que se cuenta. Algunos grupos tienden a preferir ciertos procedimientos sobre otros, lo cual agrega un sentido de pertenencia étnica a cada objeto; tal es el caso de las cestas de chiquichique tejido en espiral, característica de los Kurripaco del Río Negro; o las de bejuco mamure trenzado de los Ye´kuana y Yanomami, tan diferentes entre sí a pesar de usar similares técnicas y materiales. Entre los Ye´kuana cabe señalar la excelencia del tejido de los “wuwa” comercial, hecha por las mujeres a partir de una cesta tradicional de carga, a la que han incorporado elementos decorativos de carácter simbólico.
En nuestros indígenas, la variedad de cestas utilitarias es inmensa, así tenemos por ejemplo: esteras, sopladores, petacas, nasas, cedazos o manares, guapas, catumares, sebucanes, mapires y guaturas. Aunque sus formas se relacionan con el uso, no podemos decir que lo utilitario contradiga sus cualidades estéticas.
Cestería Yanomami
Los Yanomami tejen cestas de carga y platos con bejuco mamure o masimasi, descortezado y dividido en finas tiras, la principal cesta de carga Yanomami es la guatura o wii, tejida generalmente por las mujeres para transportar diversos productos agrícolas. El tejido del wii suele ser muy tupido y se realiza con la técnica del trenzado. El cuerpo de esta cesta se refuerza internamente con una serie de aros de mamure, para dar a su estructura una mayor consistencia. El wii tiene además, una serie de asas alrededor de la circunferencia del borde superior y dos asas en la parte inferior.
El mapire es también una cesta de carga de forma cilíndrica y tamaño variable, generalmente fabricada por los hombres con mamure descortezado, moriche y platanillo, en tejido cruzado.
Las guapas o xotokehe: son grandes cestas utilizadas como platos para colocar frutas, pescado, carne y otros alimentos. Al igual que los cedazos funerarios, estas cestas se tejen con las misma fibra, técnica y diseño decorativos del wii.
Los xohema o shulema: sopladores para avivar el fuego, ventilar y espantar insectos.
Al terminar de tejer, las cestas se pintan con onoto y adquieren así un color rojizo, al secar, las superficies son decoradas con dibujos geométricos de carácter simbólico tales como círculos, puntos, líneas ondulantes, entrecruzadas o rectas, hechos con carbón.
Cestería Kurripaco
Se distingue porque utiliza la fibra del chiquichique que constituye uno de los materiales de mayor resistencia al agua, por lo que es reconocida mundialmente para la fabricación de mecates para anclaje de barcos de gran calado e instrumentos de limpieza de alta durabilidad, como cepillos y escobas industriales. Empleando esta fibra vegetal, los Kurripaco tejen sebucanes o tinulipe, manares o dupitsi, guapas o wayára, cestas cilíndricas de base plana o búdaka, cestas cilíndricas de carga o mucutú y sopladores o kuipedda.
Madera
En los húmedos territorios del Amazonas cuya sobreabundancia vegetal desborda de misterio los poblados, encontramos talladores indios. De acuerdo con sus costumbres, ningún objeto fabricado está destinado a perdurar, pues la naturaleza regala las materias y todo lo que se va desgastando con el tiempo y el uso, se descarta o adquiere una nueva utilidad. Por esto conocemos poco de los antiguos objetos artesanales tan solo hemos visto los canaletes áparo o arú tallados por los extintos Baré, de ellos se decía que estaban hechos por los terribles hombres-sapo. Según el mito, a mediados del mes de julio, aprovechando que la selva se cubre con una densa capa neblinosa, salían de sus escondites unas criaturas mitad hombre, mitad sapo, que remontaban el río en rápidas curiaras, asaltando y exterminando con sus canaletes en forma de lanza a todos cuantos encontraban a su paso.
En casi todos los poblados indígenas se usa la madera para la fabricación de objetos necesarios para la sobrevivencia, tales como cerbatanas, arcos, flechas, dardos y carcaxes, por señalar sólo unos pocos, elaborados con maderas provenientes de las más variadas especies de palmas o con el tallo leñoso de las cañas y el bambú.
Hay comunidades que se distinguen por el tipo y calidad de sus objetos. Tal es el caso de los Ye´kuana, pueblo de navegantes y constructores de curiaras y canaletes, en cuyo territorio y particularmente en las inmediaciones de los bosques de galería de los ríos Caura, Padamo y Erebato, abundan árboles gigantescos, necesarios para la fabricación de estas embarcaciones hechas con un sólo tronco. Para construirlas vacían su interior hasta obtener la forma oval característica, la superficie exterior se desbasta con hachas y machetes de metal, hasta que el casco queda liso y de un grosor uniforme. La curiara se ensancha poco a poco, con la ayuda del fuego en un proceso lento y minucioso, se van quemando pequeños tramos; a medida que el fuego avanza abriendo los espacios, se insertan travesaños para evitar que la madera se encoja al enfriarse, inmediatamente se colocan las tablas que servirán de asiento. Luego de calafateada con una resina vegetal, llamada peramán, la curiara estará lista para la navegación. Sus canaletes o remos, generalmente de forma acorazonada, se tallan en maderas duras y se decoran con diseños geométricos, pintados en rojo y negro. Cuando las curiaras son desechadas como embarcaciones, se colocan sobre dos horquetas y se usan para conservar la pulpa de la yuca recién rallada, lavar ropa o almacenar bebidas fermentadas que consumen en fiestas y ceremonias sagradas.
Entre los muchos objetos del ajuar doméstico indígena asociados al procesamiento de la yuca amarga, están los singulares ralladores, los cuales fueron un producto de gran distribución comercial, principalmente entre las comunidades indígenas de los Ye´kuanas, Kurripaco y Baniva. La minuciosa técnica de su fabricación se inicia con la preparación de una madera plana o cóncava; en ella solían incrustar minúsculas y agudas astillas de piedra que fijaban a la tabla con peramán, actualmente los “dientes de piedra se han ido sustituyendo por diminutos triángulos metálicos confeccionados con la hojalata proveniente de contenedores de aceite o latas de cerveza desechados. Este cambio ha hecho desaparecer la antigua disposición geométrica de las piedras con las que creaban diseños de peculiar sutileza.
Los bancos tallados en madera fueron para algunas culturas indígenas un signo de rango y sabiduría. Se los consideraba, a la par de las maracas y los bastones sonajeros, como una de las herramientas más importantes del poder shamánico. Fabricados como asiento jerárquico en la conmemoración de eventos religiosos, eran luego destruidos junto a otros objetos que conformaban el ajuar ceremonial. Solían tener formas cóncavas y ovaladas representando a veces animales de la fauna sagrada. Al convertirse en objetos comerciales, los bancos ceremoniales han ido perdiendo su carácter religioso, es así como los Ye´kuana, Piaroa y Piapoco, han organizado talleres de fabricación de bancos destinados a la venta, la pérdida del sentido original ha permitido el cambio de las formas, dimensiones y motivos decorativos tradicionales. Igual suerte han corrido las antiguas armas sagradas y los bastones sonajeros tallados en madera, que distinguían el rango de su portador, marcando el paso de las danzas rituales, los cuales han sido absorbidos por el comercio artesanal de “souvenirs”.
Son muy pocos los indígenas que conservan la tradición alfarera, como por ejemplo los Yanomami, que hasta hace muy poco fabricaban algunas vasijas, tal es el caso de la tradicional “hapoca”, que es una olla sencilla en forma de campana sin ningún tipo de decoración, asas o patas que utilizaban para cocinar, Eran los hombres quienes la fabricaban con arcilla blanca utilizando el método del enrollado y alisado y quemándolas en piras de fuego abierto.
Textilería
Las indias mientras están en meditación como ausentes, ante un vasto mundo de juncos, lianas y raíces, con muy pocos instrumentos, son capaces de crear cordones y mecates tal es el caso de las indígenas de Río Negro que utilizan el chiquichique Leopoldina piassaba; cordones de adorno corporal , usados para atar a la cintura, brazos, pantorrillas, piernas y glúteos; incluso todavía hoy, se confeccionan los llamados “cinturones amazónicos” como el “wao” de los Yanomami, con el que atan el pene a un cordel de hilos de algodón que rodea la cintura.
Entre las pocas prendas de uso que todavía se tejen en Amazonas están los guayucos hechos con hilos de algodón, que varían de tamaño y forma de acuerdo al grupo étnico, como la “ramopotima”, guayuco femenino Yanomami cuya parte posterior es un haz de cabos de algodón que forma un arco sobre los glúteos, y la anterior hecha con una serie de hilos que caen como flecos sobre el pubis.
Los Ye’kuana tejen una especie de delantal que utilizan las jóvenes en el rito de paso de la infancia a la adolescencia, llamado “muwaaju”, éste presenta una interesante adaptación de materiales no autóctonos como la mostacilla, tejida en un telar en forma de arco, el cual se construye con dos trozos de bejuco grueso atados fuertemente por los extremos, para que el lado arqueado pueda mantener la tensión necesaria que requiere una urdimbre en cuya trama se insertan las pequeñas cuentas de vidrio, de colores azul, blanco y rojo, principalmente. El telar y huso también lo utilizan las Ye’kuanas en el tejido de las bandas de algodón que usan las mujeres indígenas para cargar a los niños mientras realizan sus actividades cotidianas.
En cuanto a los chinchorros, enser colgante de origen indígena diseñado para el sueño, el descanso, el amor y la muerte. Los Yanomami los hacen rudimentarios con un haz descortezado del bejuco mamure Hetoropsis spruceana. Los Guahibos trabajan con la fibra de la palma de cumare.
Cestería
Además de preceder a la alfarería, es anterior a todo trabajo de cuerdas y telar. De acuerdo con cada cultura, las técnicas de tejido se adecúan directamente al tipo y característica del material con que se cuenta. Algunos grupos tienden a preferir ciertos procedimientos sobre otros, lo cual agrega un sentido de pertenencia étnica a cada objeto; tal es el caso de las cestas de chiquichique tejido en espiral, característica de los Kurripaco del Río Negro; o las de bejuco mamure trenzado de los Ye´kuana y Yanomami, tan diferentes entre sí a pesar de usar similares técnicas y materiales. Entre los Ye´kuana cabe señalar la excelencia del tejido de los “wuwa” comercial, hecha por las mujeres a partir de una cesta tradicional de carga, a la que han incorporado elementos decorativos de carácter simbólico.
En nuestros indígenas, la variedad de cestas utilitarias es inmensa, así tenemos por ejemplo: esteras, sopladores, petacas, nasas, cedazos o manares, guapas, catumares, sebucanes, mapires y guaturas. Aunque sus formas se relacionan con el uso, no podemos decir que lo utilitario contradiga sus cualidades estéticas.
Cestería Yanomami
Los Yanomami tejen cestas de carga y platos con bejuco mamure o masimasi, descortezado y dividido en finas tiras, la principal cesta de carga Yanomami es la guatura o wii, tejida generalmente por las mujeres para transportar diversos productos agrícolas. El tejido del wii suele ser muy tupido y se realiza con la técnica del trenzado. El cuerpo de esta cesta se refuerza internamente con una serie de aros de mamure, para dar a su estructura una mayor consistencia. El wii tiene además, una serie de asas alrededor de la circunferencia del borde superior y dos asas en la parte inferior.
El mapire es también una cesta de carga de forma cilíndrica y tamaño variable, generalmente fabricada por los hombres con mamure descortezado, moriche y platanillo, en tejido cruzado.
Las guapas o xotokehe: son grandes cestas utilizadas como platos para colocar frutas, pescado, carne y otros alimentos. Al igual que los cedazos funerarios, estas cestas se tejen con las misma fibra, técnica y diseño decorativos del wii.
Los xohema o shulema: sopladores para avivar el fuego, ventilar y espantar insectos.
Al terminar de tejer, las cestas se pintan con onoto y adquieren así un color rojizo, al secar, las superficies son decoradas con dibujos geométricos de carácter simbólico tales como círculos, puntos, líneas ondulantes, entrecruzadas o rectas, hechos con carbón.
Cestería Kurripaco
Se distingue porque utiliza la fibra del chiquichique que constituye uno de los materiales de mayor resistencia al agua, por lo que es reconocida mundialmente para la fabricación de mecates para anclaje de barcos de gran calado e instrumentos de limpieza de alta durabilidad, como cepillos y escobas industriales. Empleando esta fibra vegetal, los Kurripaco tejen sebucanes o tinulipe, manares o dupitsi, guapas o wayára, cestas cilíndricas de base plana o búdaka, cestas cilíndricas de carga o mucutú y sopladores o kuipedda.
Madera
En los húmedos territorios del Amazonas cuya sobreabundancia vegetal desborda de misterio los poblados, encontramos talladores indios. De acuerdo con sus costumbres, ningún objeto fabricado está destinado a perdurar, pues la naturaleza regala las materias y todo lo que se va desgastando con el tiempo y el uso, se descarta o adquiere una nueva utilidad. Por esto conocemos poco de los antiguos objetos artesanales tan solo hemos visto los canaletes áparo o arú tallados por los extintos Baré, de ellos se decía que estaban hechos por los terribles hombres-sapo. Según el mito, a mediados del mes de julio, aprovechando que la selva se cubre con una densa capa neblinosa, salían de sus escondites unas criaturas mitad hombre, mitad sapo, que remontaban el río en rápidas curiaras, asaltando y exterminando con sus canaletes en forma de lanza a todos cuantos encontraban a su paso.
En casi todos los poblados indígenas se usa la madera para la fabricación de objetos necesarios para la sobrevivencia, tales como cerbatanas, arcos, flechas, dardos y carcaxes, por señalar sólo unos pocos, elaborados con maderas provenientes de las más variadas especies de palmas o con el tallo leñoso de las cañas y el bambú.
Hay comunidades que se distinguen por el tipo y calidad de sus objetos. Tal es el caso de los Ye´kuana, pueblo de navegantes y constructores de curiaras y canaletes, en cuyo territorio y particularmente en las inmediaciones de los bosques de galería de los ríos Caura, Padamo y Erebato, abundan árboles gigantescos, necesarios para la fabricación de estas embarcaciones hechas con un sólo tronco. Para construirlas vacían su interior hasta obtener la forma oval característica, la superficie exterior se desbasta con hachas y machetes de metal, hasta que el casco queda liso y de un grosor uniforme. La curiara se ensancha poco a poco, con la ayuda del fuego en un proceso lento y minucioso, se van quemando pequeños tramos; a medida que el fuego avanza abriendo los espacios, se insertan travesaños para evitar que la madera se encoja al enfriarse, inmediatamente se colocan las tablas que servirán de asiento. Luego de calafateada con una resina vegetal, llamada peramán, la curiara estará lista para la navegación. Sus canaletes o remos, generalmente de forma acorazonada, se tallan en maderas duras y se decoran con diseños geométricos, pintados en rojo y negro. Cuando las curiaras son desechadas como embarcaciones, se colocan sobre dos horquetas y se usan para conservar la pulpa de la yuca recién rallada, lavar ropa o almacenar bebidas fermentadas que consumen en fiestas y ceremonias sagradas.
Entre los muchos objetos del ajuar doméstico indígena asociados al procesamiento de la yuca amarga, están los singulares ralladores, los cuales fueron un producto de gran distribución comercial, principalmente entre las comunidades indígenas de los Ye´kuanas, Kurripaco y Baniva. La minuciosa técnica de su fabricación se inicia con la preparación de una madera plana o cóncava; en ella solían incrustar minúsculas y agudas astillas de piedra que fijaban a la tabla con peramán, actualmente los “dientes de piedra se han ido sustituyendo por diminutos triángulos metálicos confeccionados con la hojalata proveniente de contenedores de aceite o latas de cerveza desechados. Este cambio ha hecho desaparecer la antigua disposición geométrica de las piedras con las que creaban diseños de peculiar sutileza.
Los bancos tallados en madera fueron para algunas culturas indígenas un signo de rango y sabiduría. Se los consideraba, a la par de las maracas y los bastones sonajeros, como una de las herramientas más importantes del poder shamánico. Fabricados como asiento jerárquico en la conmemoración de eventos religiosos, eran luego destruidos junto a otros objetos que conformaban el ajuar ceremonial. Solían tener formas cóncavas y ovaladas representando a veces animales de la fauna sagrada. Al convertirse en objetos comerciales, los bancos ceremoniales han ido perdiendo su carácter religioso, es así como los Ye´kuana, Piaroa y Piapoco, han organizado talleres de fabricación de bancos destinados a la venta, la pérdida del sentido original ha permitido el cambio de las formas, dimensiones y motivos decorativos tradicionales. Igual suerte han corrido las antiguas armas sagradas y los bastones sonajeros tallados en madera, que distinguían el rango de su portador, marcando el paso de las danzas rituales, los cuales han sido absorbidos por el comercio artesanal de “souvenirs”.
Con respecto a la cerámica , es de gran
antigüedad. En las regiones de Manapiare (Corobal), Atabapo (Nericagua), en
islas del río Orinoco, en el Bajo Orinoco (Barrancas y Saladero), en Culebra,
muy cerca de Puerto Ayacucho y en otros lugares, se han encontrado
yacimientos arqueológicos de esta manifestación artística que data de épocas
prehispánicas.
En cuanto a la decoración de las cerámicas,
estas están muy ligadas a la simbología de la organización social y mitología
de la etnia que las realizó.
Otra expresión artesanal indígena son
los instrumentos musicales tradicionales de los cuales podemos encontrar más
de 100 tipos.
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Estos son muy característicos dentro de todas
las etnias. Son utilizados en sus ceremonias religiosas de curación y en
celebraciones varias.
Otra manifestación artesanal son los adornos
corporales. Entre estos encontramos las pintaderas. Estas son realizadas en un
trozo de madera circular o rectangular talladas con diferente diseño de acuerdo
a su futura utilización y función. Estas son impregnadas por el lado tallado
del sello con pinturas provenientes del onoto y la caraña. Son luego aplicadas
en el cuerpo. canastas sombreros de palma.
Guatemala es rico en Artesanías... ya que su gran variedad de productos son hechos en todos sus departamentos es un país bellísimo en toda su artesanías como tejidos que son los mas hermosos hechos por los indígenas... esto en mi Guatemala mi país.
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